Amigos: Cuentos ilustrados sobre los niños de las repúblicas de la Unión Soviética (2)

En nuestra tierra, en la península de Chukotka, el mar está helado en invierno, la nieve forma montones muy altos y el sol apenas se ve. Sólo brillan las estrellas y, a veces, en el cielo fulgura la aurora boreal.

Nuestra región es conocida como muy rigurosa por lo difícil que es vivir en esas condiciones. Nuestros viejos aún recuerdan cómo pasaban el largo invierno en sus yarangas, pequeñas casas de piel de reno, y se alumbraban con pequeñas lámparas donde ardía la grasa animal. Ahora a nuestra escuela y a nuestra casa nos llegan la luz y el calor desde una estación atómica.

En el verano toda la tundra florece y el sol no se oculta. Entonces salimos con frecuencia hasta el océano. El viento trae enormes bloques de hielo y, sobre ellos, grandes focas con sus crías. Les mandaríamos de regalo un osito blanco, pero los osos viven aún más lejos que nosotros, junto al Polo Norte.



Nuestros lugares son de bosques, ricos en setas y bayas. Y son famosos por sus artesanías populares. ¿Han visto esas muñecas que se llaman "matrioshkas"? Han nacido aquí y ahora viajan por todo el mundo. Abres una muñeca de ésas y dentro hay otra un poquito más pequeña, en ésta, otra, y otra... La más pequeña es como una uña y la más grande es, a veces, como un niño de un año.

Los maestros artesanos que las hacen, saben elegir la madera, secarla como es debido, tornear y pintar las matrioshkas. Y son tan bonitas que en muchos museos del mundo ocupan un lugar destacado.

Nosotros estamos aprendiendo a hacer matrioshkas. Cuando seamos mayores, llegaremos también a ser maestros de este arte. Además, ya hacemos cajitas de madera y las pintamos. Es un trabajo muy interesante y no es nada difícil. Vengan, y les enseñaremos a hacerlas.

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